Al hablar de pan francés, por supuesto que hablo del verdadero pan francés (el que se vende y consume en Francia) y no del llamado « pan francés » que se vende en las panaderías del Perú, que por cierto, muchos creen que viene de Francia o que tiene un verdadero vínculo en este país. Como prueba de esto, aun recuerdo que en 1996 en el Perú se quiso hacer un boicot a los productos franceses como protesta contra las pruebas atómicas que hacía Francia en el atolón de Mururoa, ¡y muchos decían que debíamos dejar de comprar pan francés!
Cuando en Perú mencionamos la palabra “pan” (sin ningún adjetivo), nos imaginamos automáticamente panes “individuales” (como el pan ciabatta, pan francés, etc), mientras que un francés se imagina automáticamente un pan baguette.
Si bien el pan es muy importante para los peruanos (¿a alguien se le antoja un pan con chicharrón, un ají de gallina o un budín?), para los franceses es indispendable, pues es el acompañamiento de todas sus comidas. ¡No en vano, siempre se les representa con un pan baguette en la mano además del polo a rayas y el beret! Esto hace que el pan para los franceses sea tan importante como el arroz para nosotros. ¿Se imaginan una comida sin arroz? Y al igual que un arroz mal cocido o mal sazonado nos puede arruinar la comida, un plato acompañado de pan de mala calidad o mal cocido es un sacrilegio para un francés.
Entre los comentarios dejados en este blog, por ahí alguien me preguntó cuales son las “reglas” con respecto al pan a la hora de comer en Francia. Bueno, en sí no hay reglas precisas. Desde ya, si no deseas comer el pan, no tienes que hacerlo. Yo personalmente como muy poco pan a la hora de comer. A decir verdad, sólo como pan cuando hay que “saucer”. “Saucer”, en francés, significa “limpiar” la salsa o el jugo que queda en el plato con el pan (así como, por ejemplo, nosotros “limpiamos” con arroz la salsa de la papa a la huancaína que queda en el plato, para terminarla toda). En otras palabras, ¡“saucer” es la versión civilizada de lamer el plato! Cabe aclarar que es algo que la gente hace mucho en Francia, en familia y entre amigos, incluso en el restaurante. Nadie te va a decir nada si lo haces. Es más, es una forma de mostrar que te gustó mucho la comida. Sin embargo, ¡la gente evita hacerlo, eso sí, en los restaurantes gastronómicos!